¿Está el coronavirus? Que se ponga.
Después de dos semanas trabajando desde casa por fin nos han solicionado el tema que más quebraderos de cabeza nos estaba dando, que es recibir las llamadas telefónicas, y a poder ser responder y redirigir cuando proceda, pues desde la conexión remota podíamos recibir las llamadas, sí, pero ni oír al usuario ni hablarle. Y eso, quieras que no, reduce la calidad de la atención telefónica.
Estos días han sido un poco locura en este sentido, con llamadas del CAU a todas horas, y hoy que tenía que ir a la oficina me he llevado el portátil que nos facilitaron, para seguir configurando. Buena idea, pues el teléfono fijo de la oficina no funcionaba.
O funcionaba, pero solo a medias, pues con la aplicación informática sonaba la llamada, e incluso yo podía escuchar al interlocutor, pero como ese ordenador carece de micrófono, no tenía forma de contestar.
Así que he hecho la prueba y me he conectado remotamente con el portátil (que sí tiene micrófono integrado) y, ¡bingo! Por fin podía coger, responder y redirigir llamadas sin problema. Ahora ya estamos plenamente teleoperativos.
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