Los niños de Stranger Things se hicieron mayores.
El hermano pobre del universo cinematográfico de Marvel es su universo televisivo, plasmado en la serie de Los Defensores, donde amalgama las series de Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage e Iron Fist, para generar un nuevo supergrupo urbano (cuya formación, que yo recuerde, poco tiene que ver con los Defenders del cómic) para enfrentarlos a la amenaza común que es la malvada organización de ninjas conocida como La Mano.
A ver, la idea está bien, y lo cierto es que los personajes que no terminaban de funcionar en solitario encajan muy bien como miembros de un grupo, sin que Danny Rand se haga tan insufrible como en su propio programa, pero aunque tiene momentos muy divertidos (ver cómo se van conociendo y aliando es lo mejor de la serie), la historia no termina de encajar, y es que tal vez el antagonista elegido (La Mano) carecía, para mi gusto, del carisma de un buen villano, y ni siquiera la adición de la gran Sigourney Weaver al elenco de malos consigue darle ese toque de genialiad que tenían, por ejemplo, Kingpin en Daredevil, Kilgrave en Jessica Jones o Cottonmouth en Luke Cage.
También traiciona mucho a la serie su divorcio argumental con el resto del universo Marvel, echándose en falta alusiones a eventos de la saga, como la Civil War o la batalla de Nueva York.
Desconozco si hay idea de seguir con el proyecto. Me suena que no, pero creo que si consiguieran enfrentar al grupo a algún enemigo con solera, la semilla sembrada podría dar mucho más de sí. Y sobre todo, aunque esto no pasa de ser una fantasía que no creo que vea cumplidad, me encantaría que enlazara más con las películas y que nos mostraran, por ejemplo, el día a día de la ciudad después del chasquido de dedos de Thanos.
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