Me llamo Señor de Inkógnito.
Hoy tocaba ir a la oficina, y la mañana se ha caracterizado por dos cosas: la montaña de papeles para registrar que me ha recibido con los brazos abiertos (se nota que en muchos sitios van volviendo a la actividad) y el complemento que luzco en la foto, que responde a la obligación, que entraba hoy en vigor, de llevar mascarilla cuando no se puede guardar la distancia de 2 metros (lo que, con lo transitadas que van las calles, es "en cuanto salgo del portal").
Afortunadamente en el trabajo no tenía que llevarla, que es necesaria pero incómoda. De hecho creo que esta medida se ha puesto para que la gente salga menos de casa. "Voy a salir a dar una vuelta, pero por no andar con la mascarilla... me quedo en casa".
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