Literalmente desmelenado.
Poco a poco, aunque con prudencia, vamos atisbando algo de libertad, y el fin de semana va siendo algo más que "me quedé en casa y fue lo mismo que el resto de días, pero sin trabajar", así que se rompe un poco la rutina.
El viernes por la tarde, después de algo de consoleo y tele, fui a dar una vuelta por Miribilla, recordando que echo de menos ver el basket, aunque para que eso vuelva aún queda. Luego a casa, donde daba buena cuenta de Into the night.
El sábado por la mañana tranquilamente en casa, entre paseos por el pasillo (costumbre ya adquirida), hacerme unas natillas caseras, la comida, etc. Y a las 20:00 a dar una vuelta, y tomando algo con el señor Pablo Caos.
Domingo por la mañana, salgo rumbo a la peluquería, de donde salgo con 7 kilos menos de peso, en concepto de pelo perdido, que con las greñas que tenía, cualquier día me iban a llamar para hacer de Primo Eso en el remake de la familia Addams.
Tarde noche, primera vez en dos meses que como algo fuera de casa, quedando con un par de amigos para comer unas pizzas en el Kokken, de la plaza del gas (¡cómo lo echaba de menos!). Y ya, para terminar el fin de semana, tertulia por videoconferencia con los amigos de Santa Pola.
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