Creo que ahí se va a quedar.
Los videojuegos, sin ser mi pasión, son uno de mis hobbies, pero una de mis manías es que nunca juego online, lo odio. Pero a veces hay que quitarse prejuicios y probar cosas nuevas, de modo que, viendo que estaba gratis en Steam, decidí descargar el juego de moda, a ver qué tal.
Pero contaré el resultado en esta breve historia de cinco actos:
Descarga e instala el Lost Ark por curiosidad.
Abre Lost Ark.
Da a iniciar partida nueva.
Ve que no hay forma de jugar, que todos los servidores están llenos y hay que esperar un número de unidades de tiempo superior a 0.
Desinstala Lost Ark.
Tal cual. Para jugar, como suele ser lógico, hay que conectarse a alguno de sus servidores, y en todos ellos había unas colas larguísimas para entrar (hablaban incluso de horas). Y lo siento, pero eso es algo por lo que no estoy dispuesto a pasar, de modo que salir del juego y a paseo. Ya veremos si en un futuro, cuando se pase el bombazo, me decido a acercarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario