Una chica recibe una misteriosa invitación a una fiesta muy exclusiva en una isla paradisiaca, y descubre una vez allí que esa isla está controlada por una secta muy poderosa y misteriosa, y que no hay manera de salir de la isla.
Mezclando de elementos de El prisionero (serie de la que bebía bastante mi querida Lost), Elite, 3% o El juego del calamar, Bienvenidos a Edén es una serie ligera, de consumo rápido que nos lanza misterios envueltos en misterios, decorados con paisajes vistosos y un festival de cuerpos esculturales y caras bonitas para alegrar la vista y distraer al cerebro, no sea que por un momento intente tomarse esto en serio y salga corriendo.
Se deja ver, y consigue resultar más o menos interesante, sin que los personajes lleguen a ser todo lo abofeteables que suelen ser en este tipo de productos, y además es cortita (8 capítulos), si bien deja el final muy abierto a una segunda temporada, con un cliffhanger y un supuesto giro de guión que se ve venir a kilómetros.
Serie ideal para ver mientras se está haciendo otra cosa.
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