¡Ay señor, ay señor, qué pena!
Era 2009 cuando un Bilbao Basket en crecimiento tiró la casa por la ventana, cambió de pabellón (el horripilante Bizkaia Arena) y empezó a tirar de chequera para traer a jugadores de renombre, entre lo que el más destacado era Álex Mumbrú Murcia, procedente del Real Madrid y nada menos que campeón del mundo en 2006.
Jugó 6 temporadas en Bilbao, durante las cuales vivió lo mejor (las finales de 2012 y 2013 o la aventura de la Euroliga) y lo peor (el descenso de 2018), y cuando por fin colgó las botas, ya convertido en una leyenda del club, se puso la corbata y se convirtió en entrenador, una decisión que a muchos aficionados nos generaba unas dudas tremendas.
Sin embargo, un ascenso y tres temporadas en ACB, de las que dos fueron muy buenas y la otra aceptable, lo que hace que su balance como entrenador sea francamente positivo.
Pero todo tiene su final, y tras 13 años vinculado a Bilbao Basket, Mjumbrú anunciaba ayer su despedida del club, lo que deja delante un montón de incógnitas. Otros vendrán, pero la sombra del gran número 15 será muy alargada. Tocará aplaudirle mucho cuando vuelva como visitante.
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