¿Es usted el titular de la línea?
Película de terror basada en un relato de Joe Hill, en la que se pueden ver algunos homenajes a clásicos de la novela de su padre (Stephen King), como El resplandor o It, pero que si bien me recordaba bastante a Múltiple, representa un soplo de aire fresco para el género y nos muestra cuál va a ser lña nueva careta de moda en Halloween.
Uno ve el cartel y, sabiendo que es de terror, uno podría pensar que es el enésimo slasher de tío que va y mata, pero no van por ahí os tiros. Aquí el villano es el Captor, una misteriosa figura (imposible no pensar en Pennywise con su puesta en escena) que a finales de los 70 se dedica a secuestrar adolescentes y... bueno, no voy a contar aquí la película, pues nos la cuenta desde el punto de vista de uno de estos adolescentes, al que secuestra y encierra en una habitación que solo tiene un retrete, un camastro y un enigmático teléfono negro, que da título a la película y cuya importancia para la trama se puede deducir del título.
Combinando lo terrenal con lo fantástico, nos muestra con crudeza escenas de horror muy mundano (en este aspecto toca alabar el trabajo de Mason Thames, pero sobre todo de Madeleine McGraw, que consigue que nos duela, casi físicamente, cada uno de los golpes que recibe (trigger warning, la película tiene escenas bastante explícitas de maltrato infantil), aunque Ethan Hawke dando vida a un villano realmente perturbador tampoco se queda atrás.
La película se desarrolla en dos frentes, con el encierro por un lado y la búsqueda desde fuera por otro, y va hilando la historia con interés, alternando algunos sustos, hasta que de forma bastante aceptable se resuelve, pero aunque el final es bastante cerrado, deja demasiadas preguntas en el aire, y es que aunque no sea necesario para haber disfrutado de la historia, no nos resuelve absolutamente ninguna de las incógnitas de su trama sobrenatural. Simplemente sucede y ya.
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