Hacienda somos todos, dijeron las entradas.
Siempre, o casi siempre que hablo por aquí del trabajo lo hago para contar cosas que me pasan en el mostrador o cuando atiendo llamadas telefónicas, pero hay otra parte importante, a la que me dedico las semanas que me toca arriba (en oficina en vez de en mostrador), que es atender la bandeja de tareas.
Antiguamente toda la documentación que llegaba lo hacía en papel, pero de un par de años a esta parte, y sobre todo a raíz de la pandemia, se implantó una presentación telemática en condiciones, de la que soy bastante partidario, ya que es más cómoda para nosotros y más fiable para el usuario. Convive con el papel, que siguen llegando cosas por correo, pero ya menos que antes.
La cuestión es que todo lo que se mete por sede electrónica, tanto como lo que se presenta en mostrador, nos llega a una bandeja, y nuestra función es ir a esa bandeja, ver qué son las cosas y redirigirlas al departamento o servicio correspondientes. A veces alguno puede dar algo de guerra, pero en general no es difícil, y siempre terminamos el día habiendo dejado la bandeja vacía.
Pero aunque la dejemos vacía, como la ventaja de la tramitación electrónica es que no hay horarios, no es raro que desde que nos vamos aun día hasta que volvemos al siguiente, cuando nos conectamos por la mañana haya entradas esperando en la bandeja. Lógico y normal.
¿Y dónde está lo extraordinario de hoy?
Pues que normalmente por la mañana suele haber 20-30 entradas, alguna vez a lo sumo 40 (lo gordo suele entrar durante el día), pero hoy hemos amanecido con que la bandeja tenía más de 2500, casi todas de la Agencia Tributaria. Hechas las comprobaciones, hemos visto que no es ningún error informático, así que no quedaba otra que coger pico y pala, y ya iremos capeando esto al cabo de los días. Como referencia, haciendo solo esto, se podrían sacar unas 60 por persona y hora, puede que alguna más, pero a esto hay que sumar el resto de cosas que hacemos, y la siempre inoportuna atención telefónica, por lo que esto nos va a lastrar unos cuántos días.
Así que hoy ha sido la primera vez que nos hemos ido sin poder dejar la bandeja vacía y mañana tocará volver con el miedo a encontrarnos otro envío masivo de estos. Mañana se verá.
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