De naturaleza lenta, más bien.
Un grupo de jovenzuelos que se van de fin de semana a una casa rural en mitad de la nada, con el ánimo de emborracharse, drogarse y follar como monos. Una maldición que despiertan sin querer y un misterioso e implacable encapuchado que empieza a matarlos a todos, de formas crueles y creativas. No es la más original de las premisas, aunque la película sí intenta ganarse su toque propio con algunos rasgos distintivos. No abusa tanto de las escenas nocturnas y la mayor parte del tiempo vemos la acción a través de los ojos del asesino, lo que nos muestra en todo su esplendor el macabro regodeo en el arte de matar.
Pero no funciona.Y no funciona porque la película se pierde en su propia monotonía, con tediosas escenas de gente caminando sin que pase nada, que no son sino la evidencia de que esto daba como mucho para 45 minutos y con algo había que rellenar. Abusan de este recurso hasta el descaro y consiguen que el anticlimático final, con 15 minutos de absoluta nada narrativa terminen de coronar el tedio que produce la película. 15-20 minutos de diversión, media hora a lo sumo, a cambio de tragarse un montón de minutos de nada. si alguien se levanta y se va del cine cuando solo falten 15 minutos para terminar prometo de verdad que no se estará perdiendo absolutamente nada.
Le reconozco cierto mérito, pues tiene pinta de estar hecha con cuatro perras, pero colleja al productor que haya dado el visto bueno a semejante tostón.
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