Sharknadoo sin tiburones.
Esto es lo que parece, una película de catástrofes con clichés, topicazos, personajes hostiables y efectos especiales chulos, con mucho caos y mucha devastación. Sin mayores pretensiones que eso, tenemos una película honesta que no pretende revolucionar nada, simplemente entretener al espectador mientras un megahuracán arrasa con todo a su paso y el espectador come palomitas con su cerebro desenchufado cuando ve colegios arrasados, camiones volando y huracanes flamígeros (literal).
Esto va, por una parte de un grupo de meteorólogos cazatornados que se recorren el país buscando huracanes, de una familia americana con sus conflictos generacionales el día de la graduación y de unos rednecks con aspirantes a estrellas de Jackass, siendo los tres la excusa para tener parte de la película grabada en primera persona, como si fuera un documental. Las vidas de los 3 grupos se juntarán cuando una manada de huracanes (casi literal) asole la zona y tengan que sobrevivir (aunque, como suele ser en este tipo de películas, algunos son claros aspirantes a premio Darwin y sorprende que sobrevivan, no a un huracán, sino a bajar a comprar el pan) escapando a los terribles vientos y supongo que a unas cuántas leyes de la física.
Seguramente es una de esas películas de las que una semana después ni te acuerdas, pero como entretenimiento resulta válida.
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