Los protagonistas.
Por definirla de forma breve y sencilla, podría decirse que La isla mínima es un True Detective a la española, pero en el buen sentido de la palabra. Dos policías muy diferentes, y llamados tal vez a chocar, deben resovler la desaparición de unas adolescentes en la andalucía rural de principios de los 80, lidiando con el misterio que encierra las desapariciones (en un caso que recuerda mucho al de Alcàsser), con los prejuicios de la gente del pueblo y con poderes que les quedan grandes.
Un thriller que consigue llevar muy bien la tensión y que no decaiga la intensidad (genial la persecución nocturna de coches), fortalecido sobre todo por las soberbias interpretaciones de Raúl Arévalo y sobre todo Javier Gutiérrez. No tanto Jesús Castro, que repite papel de "guaperas malote más chulo que un ocho" que tan buen resultado le dio en "El Niño".
Por el lado malo, que a veces la trama se hace un poco confusa y cuesta enterarse en algunos momentos del hilo de la investigación, llegando a ser la escena climática un poco liosa (¿pero por qué están ahí? ¿cómo sabían eso?), aunque no impide disfrutar de la película, cuyo punto fuerte, además del trabajo actoral, es la creación del ambiente y que no se corta un pelo con los detalles escabrosos.
Cine de calidad, muy recomendable.
Y por cierto, a título de mera curiosidad, no estoy muy seguro pero me pareció ver un gazapo, un leve anacronismo cuando en el mapa que tienen en el aula, entre las banderas de los países diría (no estoy seguro, no se veía bien), que sale la de Rusia, lo que en 1980... como que no.
Y por cierto, a título de mera curiosidad, no estoy muy seguro pero me pareció ver un gazapo, un leve anacronismo cuando en el mapa que tienen en el aula, entre las banderas de los países diría (no estoy seguro, no se veía bien), que sale la de Rusia, lo que en 1980... como que no.
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