Eire, there I go!
Hoy vuelo hacia uno de los países de la Unión Europea que todavía no he visto: la verde Irlanda. Esta vez el compañero de viaje será mi señor padre, y juntos haremos el recíproco esfuerzo de aguantarnos en Dublín y alrededores hasta el sábado.
Varios fueron los destinos barajados (países bálticos, Dubai, Malta, Estocolmo) pero finalmente la buena disposición de precios, horarios y fechas, nos ha hecho decantarnos por la capital irlandesa, a pesar de que no soy precisamente cervecero (ya me veo alimentándome a base de patatas con patatas). Allí pondré a prueba mi inglés, o esa jerigonza que balbuceo en el extranjero a la que llamo inglés, mientras trato de agudizar mi oído intentando pescar palabras en un mar de sonidos, viendo si es merecida la fama del inglés de Irlanda de ser más inteligible que otros.
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