Pixelazos a go-go.
No soy muy dado al género del roguelike (aunque es cierto que al Binding of Isaac le metí sus buenas horas) y este Crypt of the Necrodancer entra de lleno en ese subgénero, pero la verdad es que tiene un toque diferencial que me enamoró y me hizo fijarme en él, y es su música.
¿Qué música tiene Crypt of the Necrodancer? Pues sencillamente la que nosotros le pongamos, y lo mejor es que no solo suena mientras jugamos (que no tendría ningún misterio), sino que tenemos que mover al personaje por la mazmorra al ritmo de dicha música, para enfrentarnos a los enemigos que la bailan. Y ojo con perder el ritmo, o perderemos el bonificador que multiplica las monedas que recopilamos, las cuales son imprescindibles para conseguir mejoras.
Más o menos esta pinta tiene.
El juego, que es bastante complicado, tiene unos diamantes que podemos ir recolectando a través de los niveles (por supuesto, la cosa va de pasar de un nivel a otro y cada cierto tiempo un duro jefe final), para comprar mejoras permanentes, igual que también podemos ir liberando personajes que nos ayuden en nuestra causa. Pero como el juego es jodidillo y yo nací con dos manos izquierdas, apenas he avanzado y me queda todavía todo un mundo de cosas por desbloquear. Sin embargo, tiene su toque adictivo y cada vez que mueres quieres volver a por más, a exterminar los bichos, coger mejores armas, recopilar moneditas y todo eso antes de que se acabe la canción.
Un juego simpático y con un toque de genialidad.
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