Con sus bellos... paisajes.
Me gustan las películas honestas, que dan lo que prometen, y Baywatch es sin duda una de ellas. El trailer ofrecía una película gamberra y desenfadada (con un recital de espectaculares cuerpos en bañador) con la que pasar una divertida tarde de verano y eso es exactamente lo que nos encontramos.
La versión cinematográfica de la emblemática serie de los 90 acierta en su planteamiento, pues siendo consciente de lo ridículo de la premisa; un grupo de socorristas capaces de desfacer los entuertos más pintados, opta por no tomarse en serio a sí mismo, poniendo a veces en boca de los personajes lo que piensa el espectador. "¿En serio, no deberíamos dejar esto en manos de la policía?".
Y ya que vas a lo absurdo, pues a lo grande, con un supercaso que se va enredando hasta casi parecer un capítulo de Misión Imposible, repleto de trepidantes persecuciones, peligrosos tiroteos y malos que parecen escapados (y se permiten bromear con ello) de una película de 007.
Pero lo importante: es muy divertida, un producto de entretenimiento inmediato y consumo rápido, el grasiento Whopper que a veces también apetece. Que nadie espere trama elaborada, personajes profundos o intrincados giros de guión, que esto es lo que es. Pero dentro de ese rango, funciona muy bien. Peca de una brocha demasiado gorda en ocasiones y de ser un poco repetitiva en algunos de sus chistes, pero tampoco vamos a pedir que sea perfecta.
Y luego, pues bueno, la parte visual, con una hermosa fotografía y tal, que es un regalo para la vista.
Conversación real.
No nos vamos a engañar, la presencia de Alexandra Daddario y Kelly Rohrbach en bañador, pues se agradece. Que uno no es de piedra.
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