Tengo la cara parecida.
Una divertida infección de muela, o mejor dicho de un nervio mal matado con una endodoncia, me ha estado proporcionando un divertido fin de semana, a la vez que mi cara se iba hinchando poco a poco, hasta que hoy por la noche ha sido el show, hasta el punto de plantearme ir a urgencias a la 1 de la mañana.
Sin llegar a tanto, he acudido a primera hora al dentista (mi pasatiempos favorito), que me ha dicho lo que ya sabía (así como ha dictaminado sentencia de muerte sobre la malvada muela, que será ejecutada más pronto que tarde) y, lo que en ese momento era lo más importante: me ha recetado droga para bajar la infección.
Así las cosas, la tarde ha sido de languidecer en el sofá, y el intento de ir al ensayo de teatro un poco chapucero, pues al no poder abrir la boca del todo no podía declamar bien, y mis capacidades interpretativas andaban hoy entre el Eduardo Noriega de "El Método" y el Mario Casas de... pero con camiseta. Y como encima la molestia no dejaba de dar toques, a mitad de clase he huido valientemente. Además, más que ayudando me noto que estaba descentrando a los compañeros. Menos mal que esto ha sido hoy y no el día de la obra.
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