El cartel.
Algo en esta película me recordaba a No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, y se entiende fácil si tenemos en cuenta que ambas están basadas en novelas de Laura Norton. Eso, y que en ambas sale Álex García.
Aquí nos cuentan la historia de una arquitecta que sufre una peculiar infidelidad. ¿Sabéis ese pacto que existe en casi todas las parejas de "te puedes acostar con X famoso sin que cuente como cuernos"?, que se hace realmente como broma. Pues en la película pasa, y el novio de la protagonista se enrolla con una periodista a instancias de ella, pero se lo toma a cuerno quemado y le deja para volverse al pueblo con su familia.
Ahí tenemos la clásica historia de "de la ciudad al pueblo, reencuentro con la familia, historia bonita, conocer chico guapo, previsible romance, etc", y sin grandes alardes, la película avanza amable por el camino del buen rollo, con un triángulo amoroso que prácticamente nace roto y se desnivela casi antes de surgir, con un final bien previsible. Pero todo con muy happy y muy ligero, incluso en el momento triste de la película, que a fin de cuentas era lo que se le pedía.
Sin romper ningún esquema, película correcta.
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