Siempre hay sitios peores.
Lo de vivir cada día como si fuera el último es algo que casi puede ser literal en algunos aspectos de la vida, y ahora me pasa en el laboral, pues no sé cuánto tiempo me queda ya en mi actual puesto en Zabalburu, por mor de la nada deseada reasignación de efectivos.
Las matemáticas ya me confirmaron que no puedo optar a mandar mi plaza a ningún sitio de los de fuera de Ugasko (el último sitio al que quería ir), y aunque he disparado a varias comisiones de servicios, sigo teniendo que elegir una plaza, y dentro de las que no quiero ver cuál es la menos mala, que el encabezonamiento y la negación no traen generalmente nada bueno.
Por eso hoy ha tocado ir de excursión a Ugasko, para ver los sitios que nos ofrecen, y ya me he podido hacer un poco a la idea de cuál elegiré, valorando unos y otros elementos. Este viernes nos toca ya tomar la decisión (y ceder, lo que me irrita soberanamente, al chantaje marcando que vamos "voluntarios") y elegir a dónde me mandan, con la esperanza eso sí de que mi silla vaya vacía porque me ha salido la comisión de servicios.
Seguiremos informando.
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