¡A ponernos gochos!
El lunes pasado tuve a bien cumplir años, y hoy he hecho algo que llevaba sin hacer desde 2014: celebrarlo. Pero antes vamos, como viene siendo habitual, al resto del fin de semana.
El viernes después de comer tocó cine, con Veneciafrenia y luego cena con amigos, que venía Sappia en visita desde Madrid, y fuimos al Kokken, para luego coger una terracita por el Casco Viejo y ponernos a arreglar el mundo y compartir batallitas.
El sábado por la mañana una movida visita a la feria del libro, con saqueo literario y por la tarde a Miribilla, a disfrutar de una nueva victoria de mi equipo. Por la noche a la lonja, donde organizábamos nuestras primeras jornadas presenciales desde febrero de 2020. Luego una cena con mi señora novia y a casa.
Lo importante, el domingo. Sabía que me iban a preparar algo y sabía que iba a ser hoy, pero no sabía el qué, el donde y aunque lo intuía no sabía exactamente quiénes. Tras el preceptivo secuestro me han llevado a una cervecera de Basauri, donde me han regalado el juego de mesa Unicorn Fever, y luego, de sobremesa-merienda, junto con la tarta me han hecho un divertido y personalizado 50x15, con preguntas sobre batallitas roleras de la lonja (he acertado todas) y sobre el reglamento de la asociación (he fallado casi todas, pese a que es un reglamento que he redactado yo). En mi defensa diré que eran complicadas, muy de test de oposición y que me sé el contenido, no la literalidad.
Una jornada maravillosa, y es que con amigos así da gusto cumplir años.
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