La hoja de referencia de un juego de mesa es la única foto que he sacado en todo el fin de semana.
De no ser por la pandemia, es posible que hoy estuviera hablando de las Omicron, y obviamente no me refiero al virus. Pero por tercer año consecutivo, no las hemos podido hacer. Eso no significa, claro, que no haya habido semana santa, y he podido aprovechar este largo fin de semana para hacer cosas y descansar.
El miércoles fue la alegría de ir a Miribilla a ver cómo Bilbao Basket derrotaba al Real Madrid, como ya comenté por aquí. Jueves, quedada con unos amigos, que en principio iba a ser una barbacoa, pero con la lluvia lo cambiamos por unas hamburguesas del Dinámico. Luego partidas al Dilema del Tranvía y Wavelenght y a casa a descansar un rato, para bajar a Iturribide. No me apetecía demasiado el plan, pero venían unos amigos de Madrid (Necro y Naisha) y sí me apetecía verles.
El viernes por la mañana aproveché para llevar la comida de mi congelador a su casa de acogida y por la tarde-noche una de juegos de mesa; Nanty Narking (victoria), Lords of Waterdeep (derrota) y Caylus (victoria).
Sábado por la mañana es cuando me traen la nevera y por la tarde una de rol, con Ratas en las paredes, y después a cenar con los amigos de Madrid y charleta hasta las tantas.
El domingo, día que suele ser el de desmontar las jornadas, tenemos la tradición de, después de terminar con todo, ir al bufet de pizza del Domino´s. Y el que no hubiera jornadas no era óbice para cumplir con eso. Luego un poco de terraceo y a la lonja (no ha habido jornadas, vale, pero sí mucho juego), y juego, perdiendo, al Orleans y al Galactica.
Eso ha sido todo más o menos, mañana tendré un año más.
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