Hablar de Bilbao Basket es hablar de Alex Mumbrú. Fichaje estrella, capitán del equipo y desde hace unos años entrenador. Y hoy era el día en el que, aprovechando la visita de uno de sus ex-equipos, el Real Madrid, se ha procedido a hacerle un bonito homenaje, que incluía la retirada de su camiseta. Ya nadie volverá a vestir el 15 de Mumbrú (y de Weis, nunca nos olvidemos de lo mucho que aportó Fred Weis, ojo).
En cuanto al partido, pues ha tenido sus momentos de emoción, pero contra el que posiblemente sea el peor Real Madrid que he visto en los 17 años que llevo siendo abonado al Bilbao Basket, la victoria ha sido clara. Y eso que el equipo visitante ha conseguido, a golpe de calidad individual y mandarinas, meter dos parciales de 0-13 en el marcador, amenazando con remontar. Sin embargo, hoy se medían un equipo serio y un correcalles desarbolado y el resultado, 79-67, podría fácilmente haber sido mucho más abultado. El Madrid, el que solo Llull parecía tomarse el partido en serio, asustaba más por nombre y camiseta que por juego.
Día dulce para ser aficionado del Bilbao Basket.
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