Lacrimosa, juegazo.
Ya estamos otra vez por aquí, y aunque ha sido un fin de semana sin demasiadas cosas reseñables, de algo hay que hablar, así que me voy al viernes, con una tarde de no hacer nada, salvo a última hora ir a la lonja y jugar una partida a Las ruinas perdidas de Arnak. Luego, como no quedaba nadie me voy para casa de vuelta, pero me comunican que a la noche va a haber gente, de modo que ceno un poco y vuelvo. Allí jugamos a Lacrimosa (gran y sesudo juego) y Extinción (gilijuego bastante menos sesudo, pero visualmente muy simpático).
Entre pitos y flautas estamos casi hasta las 4 de la mañana, lo que unido a mi incipiente resfriado hace que el sábado duerma hasta las 11:30 y me tire reptando por casa todo el día, con algún capítulo de Policías, hasta que a las 19:45 vamos al cine, a ver la espectacular Irati. Terminada la película, cena en el restaurante indio y a casa.
El domingo por la mañana lo dedico a vegetar por casa, un tardío pintxopote y una sobremesa de tele (más Policías), y aprovechando que hace bueno, otro paseo antes de la retirada.
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