Ea, ea, ea, las diosas se cabrean.
Con Shazam! DC pareció darse cuenta de que de vez en cuándo no viene mal desencorsetarse un poco y no pretender que todas sus películas sean oscuras y existencialistas, que de vez en cuándo no viene mal un poco de diversión desenfadada y no pasa nada porque una película de superhéroes adolescentes sea una película familiar de aventuras, con una trama sencilla, momentos emotivos y toques de humor.
Y es precisamente eso lo que nos da en esta secuela, que sin grandes pretensiones nos ofrece una excua para pasar un rato entretenido, con acción trepidante, escenas coloridas y mucha fantasía, para una película que tal vez no pase al hall de las mayores obras del cine, pero que funciona y entretiene.
Aquí, la batalla final que libraban en la primera película deja ver sus consecuencias, liberando una terrible amenaza a la que Billy Batson y sus hermanos se tiene que enfrentar, mientras tratan de compatibilizar su faceta superheróica con su vida adolescente (salvo Mary, que tiene el mismo aspecto en ambas formas porque patata, debe de ser porque no querían desaprovechar la excusa para poner a Grace Fulton con faldita), sí como hacer bueno su lema de "todos o ninguno". Eso, más algún cameo del universo DC, y a pasar un buen rato.
¿Acaso alguien le pedía otra cosa?
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