La tribu de los Bradietxeagoitia
Nunca una película describió con tanto realismo la idiosincrasia antropológica de un colectivo étnico como este documental, que refleja tan bien algunos de los topicazos de los que tanto nos gusta reírnos, que bien podría tratarse de un sketch largo de Vaya Semanita. Y no es de extrañar su éxito en taquilla (al menos en Euskadi), donde está llenando literalmente las salas de cine, porque tiene un montón de coñas en las que no podemos evitar vernos reflejados, si no a nosotros a algún conocido.
La cosa va de un andaluz que liga con una vasca (olvidé decir que es una película de ciencia-ficción), pero no tiene mérito, ya que lo hace fuera de Euskadi (¡que lo haga en Euskadi, si tiene cojones!) y se queda prendado por ella a pesar de la poca dulzura en el carácter de esta (¿una vasca borde? ¿en serio?), tanto que con dos cojones (el sevillano es de Bilbao, aunque todavía no lo sabe) se sube al norte, a la ficticia Argoiti (pueblo del kostalde gipuzkoano) e inicia su campaña de conquista, para lo que deberá hacerse pasar por vasco de toda la vida y ganarse no solo a la chica sino a su padre, el genial Karra Elejalde, que es un delirante chiste de vascos andante.
El argumento, que nadie se espere aquí otra cosa, es muy típico de comedia romántica, pero aderezado con personajes muy extremos y situaciones graciosas, con cosas que cada dos por tres arrancan la carcajada, y en muchas de ellas esa sensación de "es gracioso porque es verdad".
Y desde luego geniales los actores, los 4 se salen, bordando a sus respectivos personajes, y bueno, Clara Lago se sale también en el otro sentido, claro.
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