Es complicado no ser pesimista.
De lo más relevante de este fin de semana no voy a hablar, no me apetece. Es el tema del Bilbao Basket, que me afecta más de lo que qusiera.
Así que voy a contar otras cosas, como que el viernes después de una tarde tranquila jugando al Assassin´s Creed 3 (el juego está chulo pero las batallas navales son infumables) fuimos a Algorta a tomar una con los compañeros de trabajo de mi señora novia. El sábado otra de caserismo con la Xbox, y por la noche dar una vuelta, cenita, tomar una y a casa.
Hoy partido de baloncesto de amargo sabor (y no por la derrota, que era lo de menos), y por la tarde una curiosa partida de Changeling, en la que los personajes son residentes de un orfanato que van a un parque de atracciones... y hasta aquí puedo leer.
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