Los responsables de una joya.
Ayer hablé de lo que había sido la ida y venida de las TdN, hoy me centraré en la parte más lúdica, empezando por el principio:
JUEVES
Como el año pasado, empiezo la partida dirigiendo. Esta vez le toca el turno a mi partida de "Cultos Innombrables" (partida de autor, oigan), La pasión de Van Weyden, partida que ya he dirigido en más de una ocasión y que obtiene valoraciones muy positivas por parte de los jugadores.
Por la noche juego la que para mí ha sido la actividad estrella de estas TdN, el rol en vivo Los no recordados, donde consigo dar lo mejor de mí mismo como jugador de estrellas dramáticas y alcanzar lo que se viene llamando "sangrado" cuando mi personaje se desmorona emocionalmente. Partida de puro lujo, con un reparto excelente de jugadores, y una de mis mejores experiencias en esto. Un clarísimo ejemplo de disfrutar sufriendo.
VIERNES
Por la mañana vuelvo a dirigir otra partida de rol en mesa, con mi versión libre de los Sons of Anarchy que son los Retoños del Caos. Partida muy fluida, muy divertida y los jugadores encantados.
Por la tarde juego El guateque del tío José, una coña muy en la línea del vivo de Kremlin, una comedia de enredo en un estrafalario politburó, donde soy Carloff Kent, un histriónico y borracho atleta ruso que casi acaba con mi garganta.
La noche es el turno de La oportunidad perdida, un thriller ambientado en una lujosa cena (deliciosamente descrita, por cierto, por el jugador que hacía de camarero) y un vivo muy intenso, que me veo obligado a parar cuando en un momento dado, en un forcejeo fortuito me golpeo el hombro y la cabeza contra una columna (esto que te das y oyes "clunc"), quedando momentáneamente aturdido. A ver si va a resultar que el rol sí es peligroso...
Y bueno, que mañana sigo con el resto.
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