Haciendo el mal en Santo Domingo de Silos.
Escapada cultural a la que fuera capital y corazón de Castilla, gracias a la buena labor de nuestro guía, el señor Scorpio, que ha tenido a bien dedicarnos el sábado para enseñarnos su ciudad y alrededores.
La llegada a Burgos fue ayer, tras un viaje en autobús cansado pero más corto de lo esperado. Una vez allí, cena paseo y a dormir, que ya era tarde. Bueno, lo de dormir es un decir, ya que la cama del hotel resulta ser pequeña e incómoda hasta el extremo.
Sin embargo, la falta de sueño no impide disfrutar del plan; visita guiada por Burgos capital, con su casco viejo y su catedral, para luego coger el coche en dirección a Santo Domingo de Silos, con parada en las ruinas del monasterio de San Pedro de Arlanza.
Una vez en Silos, y tras un agradable pediluvio, genial comida en el asador Tres Coronas, donde nos ponemos gochos a mollejas, morcilla y cabrito. La verdad, entre el sitio, lo agradable del día, lo acogedor del sitio, la buena compañía y lo buena que estaba la comida, hacía tiempo que no estaba tan a gusto.
Ya de sobremesa nos acercamos al sitio que muestra la foto; el monasterio de Santo Domingo de Silos, cuyo claustro nos es enseñado por una guía un tanto robótica y... poli-cromada.
De Silos vamos a Covarrubias, lugar de infausto recuerdo para mi personaje de la partida de Aquelarre que precisamente dirige el señor Scorpio (mi camiseta de hoy no era casual) y damos un paseo por su casco medieval.
Para finalizar, volvemos a Burgos y nos tomamos una antes de despedirnos del señor Scorpio y nos juntamos con mi señor padre, que amablemente se había ofrecido a traernos a Bilbao.
Un sábado genial, y mis agradecimientos a mi padre, por traernos, al señor Scorpio por ser un anfitrión tan fabuloso, y naturalmente a mi señora novia por compartir conmigo un plan tan estupendo.
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