Nota: puede no tratarse de la playa de la foto.
Un plan eminentemente veraniego suele ser el de ir a la playa, algo que por A o por B este verano no se está prodigando mucho. De hecho, fui una vez a mediados de julio y hoy ha sido la segunda, aunque con baño. Y eso que es algo que me gusta mucho, y que viviendo en Bilbao no tenemos playas en la misma ciudad pero sí algunas muy cerca, algunas a tiro de metro y otras, como era el caso de hoy, Castro Urdiales, en autobús.
No tiene, claro, el glamour de playas como Copacabana, Honolulu o Bora-Bora, pero seimpre se puede hacer el apaño, y para ir, pegarse un chapuzón y hacer luego la croqueta (hay quien me pregunta para qué demontre llevo la toalla si siempre acabo pringado de arena) vale, y sale más económico.
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