No es difícil deducir, dado el título, desde dónde escribo.
El autobús al centro resulta fácil de encontrar, y llegamos a la estación central, con más hambre que otra cosa, pero aún hay que ir al alojamiento. Así que vamos a la casa, nos alojamos y corremos en pos de comida, a un italiano franquiciado, donde damos buena cuenta de unos macarrones de comedor de colegio y una pizza con mozzarella antiestrés. Da igual, había hambre.
Terminados los juegos del hambre, comienza la ruta turística. Vamos hacia el palacio de Hollyrood, que nos pilla cerca, y comenzamos la ascensión a la Royal Mile, hasta el castillo, con alguna pausa estratégica por el camino. Luego nos dirigimos a Greyfriar´s Kirk, donde visitamos el Elephant Coffee (donde "nació" Harry Potter, nada menos)) y la estatua del perrete Bobby (homenajeado en Futurama) y deambulamos un poco por la zona del castillo, hasta que ya empezamos a trazar planes de regreso a casa.
Vamos dando un paseo, dejamos las compras y nos vamos a cenar, pero algo más de verdad que la comida del mediodía, y topamos con un restaurante indio donde como, literalmente, el mejor pollo tika masala que he comido en la vida, con un pan naan de ajo que no le va a la zaga.
Y con eso, y el cansancio, a dormir. Hoy hay que ver más cosas.
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