Vistas desde el autobús
El viernes me lo ahorro, que ya hablé de él ayer y me voy al sábado. ¿Qué hice por la tarde? Irme de jornadas de rol. ¿Dónde? Exacto, en Amorebieta, donde la asociación Forjadores organizaba unas pequeñas jornadas de rol. Allí aprovecho para probar el juego "El Anillo Único", cuyo sistema despertaba mi curiosidad, y que me gustó bastante, sobre todo porque mi beórnida logró sobrevivir a una alocada persecución por el Bosque Negro por una de las hijas de Ella-la-araña.
Por la noche y ya en Bilbao, cena de aniversario de Abaco, que cumple cuatro añitos ya. Nos reunimos en la lonja y llevamos la comida para zamparla alrededor de las mesas. Luego a fiestas de Rekalde, pero sin alcohol, que todavía ando con antibióticos a cuenta de la muela nueva. Así que más que de fiesta, paseo por las barracas y sobrevivir a la malvada Olla.
Del domingo poco que contar. Mañana de pintxopote en la Plaza Nueva y tarde de relax en la playa.
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