Posando al sol.
Siguiendo con ese territorio ignoto de la Semana Grande que son las horas diurnas, ayer quedamos algunos del grupo conocido como Casaiñigo (peligrosa organización terrorista, o algo) para comer en el Harrobia del Casco Viejo, con los rituales propios de este tipo de eventos; poteo previo, comilona y sobremesa.
Por la tarde, hasta ya casi la noche, una larga sobremesa y siesta rápida en casa, para volver a salir, ver los fuegos y las aguas (bueno, era ron con coca-cola), bailotear, arreglar el mundo y sobre las 4 o así, de nuevo a casa.
Y dado que hoy saldré pero poco, y mañana ya no estoy en Bilbao, pues se puede decir que fue el cierre de Aste Nagusia para mí.
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