La txozna de la discordia
Abro con el tema del día, que es la vergonzosa intervención de la Ertzaintza para desmontar la txozna de Hontzak, por orden judicial, sí, pero a petición de la iglesia católica, que se sentía ofendida. Y claro, por muy aconfesionales que sean, siguen teniendo demasiado poder en este país. Ahora soy yo el ofendido, pues este atropello a la libertad de expresión es un profundo insulto a mis convicciones cívicas. Pero claro, sigue habiendo derechos de primera y de segunda.
No criticaré a quien no le guste la decoración de Hontzak, e incluso aceptaré que haya quien la considere ofensiva. Pero le animo a que si no le gusta... no vaya, que es exactamente lo que hago yo con las txoznas (y no son pocas), que considero que tienen una decoración ofensiva.
Dejando de lado el cabreo, y por seguir con el relato feistero, la verdad es que poca novedad desde ayer, pues aunque salí, fue un día de lo más tranquilo, en el que ni siquiera bebí alcohol, y estuve a agua. No es que estuviera malo, es que simplemente, no me apetecía emborracharme. Y así de paso, hacía menos cola, gastaba menos... todo ventajas, oigan. Sobre todo porque no me quería retirar muy tarde, que hoy a las 16:00 tengo turno de barra.
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