Las mañanas, ese gran desconocido.
Como decíamos ayer, empezaron las fiestas de Bilbao, y procedo a hablar un poco del primer día.
La cosa empezó con juegos de mesa. Concretamente el juego de mesa oficial del Ministerio del Tiempo, el cuál, salvo las posibilidades de situaciones conceptualmente graciosas (como Velázquez entrando al despacho de Salvador para robar, a punta de pistola... un cuadro de Velázquez) no da mucho de sí.
Acabada la partida, y tras un largo rato de charleta, nos fuimos a las txoznas a beber y bailar. Afortunadamente paré a tiempo, y ese cubata que no me llegué a tomar es algo que agradecía hoy soberanamente al haberme despertado sin nada parecido a resaca.
Eso me ha venido especialmente bien, pues hoy me tocaba plan matutino, relacionado con el torneo de Blood Bowl de Abaco, que es lo que sale en la foto, pues yo no participaba en el mismo, pero tenía que ir en nombre de la asociación a que me entrevistaran en Bilbao Irratia con motivo de dicho torneo.
Aprovechando que había salido ya, he comido con los amigos en el Arenal, y me he venido a casa a pasar la sobremesa... que se me ha alargado hasta ahora, haciendo nada.
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