Mi casa no es tan grande pero también es blanca.
Hoy me he quitado otro importante escollo, que era lo de pintar la casa (blanco roto). Eso me va a permitir poner muebles, limpiar bien e ir ya iniciando los movimientos para acometer la mudanza definitiva. Hay vértigo, y no mentiré que un poco de pereza, pues aunque es de mi propiedad, al no haber vivido ahí hace que todavía no sienta es apego emocional que se supone, aunque imagino que ya irá llegando.
Eso sí, lo que me doy cuenta es que cuanto más se acerca el final del camino más cosas me doy cuenta de que faltan por hacer. Entre ellas, trasladar la mesa del ordenador, que hoy he dejado vacía, y se hace raro verla tan desangelada.
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