Se ve mejor desde la barrera.
Hoy toca pronta retirada, pues mañana he de madrugar mucho para estar a las 7:30 en el BEC. El motivo es el examen de la oposición de administrativos de la Diputación, al que asisto en calidad de cuidador, con la tranquilidad de no tener que preocuparme por el temario.
Lejano queda ya aquel 28 de marzo de 2009 en el que hice el segundo y definitivo examen que me dio la plaza de funcionario que hoy ostento con alegría (bueno igual justo hoy, que el día en el trabajo ha sido un poco infierno, no, pero se me entiende) y esta oposición, realmente la primera en la que puedo mirar sin que vaya conmigo la feria, me recuerda inevitablemente al duro camino que me llevó hasta donde estoy. Fueron muchos sacrificios, muchas horas de estudio, noches sin dormir por los nervios, planes a los que renuncié... pero cada uno de los esfuerzos mereció sin duda la pena.
Y mañana estaré vigilando a un montón de gente que, sin duda, habrá pasado estos últimos meses por la misma travesía desértica por la que pasé yo. Me gustaría desearles suerte a todos, pero las plazas son las que son, y cuando el sistema empiece a mandar las notas, habrá alegrías y disgustos.
Mi enhorabuena anticipada a los primeros y mis ánimos, también anticipados, a los segundos. Es una carrera de fondo y no es un fracaso quedarse en las puertas. Solo un "de momento no".
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