Organizando amistosamente el cuadrante.
Llega un día en todo centro de trabajo en el que toca sacar las mejores armas y luchar por algo muy importante: las vacaciones. Pues hoy era ese día en que nos teníamos que juntar para decidir cómo nos vamos a organizar el verano, y siendo mi primer ídem en este trabajo, pues no tenía muy claro cómo iba a quedar el tema, sobre todo porque a mí me gusta cogerme agosto y es el mes goloso que siempre quiere todo el mundo (spoiler: es lo que pasaba).
Afortunadamente, cediendo un poco de aquí y allá parece que la cosa avanza y aunque tendré que trabajar la segunda semana he conseguido salvar los días clave, que son los de las TdN, así como la segunda quincena, en la que también me suele gustar hacer cosas. Por tanto, la sangre no llega al río y tengo la tranquilidad de que no me perderé la cita anual con Mollina, que me habría jodido MUCHO.
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