Hoy a las 0:00 termina la obligatoriedad de llevar mascarilla en el exterior, como era al principio, antes de que la estupidez de la gente hiciera que se pusiera obligatoria en todas partes, y es una noticia positiva por dos cosas. Una, porque no deja de ser una señal más de que poco a poco nos vamos quitando este problema y dos, porque dejaremos de ver las mascarillas de rejilla, que me ponían de verdadera mala hostia, pues no sirven para absolutamente nada (pese a lo que muchos energúmenos, más preocupados por las multas que por la salud las portaban alegremente) o gente con la mascarilla debajo de la nariz, que pese a estar expresamente prohibido y ser inútil, muchos hacían con total alegría. Esa gente irá sin mascarilla, y por lo menos no me sentiré como si nos quisieran tomar el pelo a los demás.
Yo, por la parte que me toca, aguantaré hasta tener la segunda dosis, que ya solo son diez días. Luego, ya veremos.
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