Un atraco perfecto, orquestado por mentes maestras, al edificio más seguro del mundo y que además está en Madrid, rodeado de un circo mediático, en este caso porque coincide con la final del mundial de fútbol de 2010 y el edificio está rodeado de gente viendo el partido en las pantallas gigantes. Con esos antecedentes es difícil no acordarse de La casa de papel, pero en realidad es un planteamiento muy distinto. Tienen en común que pertenecen ambas al género de las heist movies (o sea, películas de atracos), pero dentro de las similitudes propias del género no guardan especial parecido entre sí.
Tenía mis recelos hacia esta película, pues pese a que es de director español, está ambientada en Madrid y tiene unos cuántos actores españoles, no pude verla en VO, y temía que el doblaje me chirriara demasiado, pues cuando los actores se doblan a sí mismos el resultado no suele ser bueno. Por suerte, como pude comprobar después, duranta gran parte de la película hablan en español en el original, de modo que el audio es el mismo que si fuera VO, así que por ese lado bien.
Volviendo a la película, sobre la historia poco que contar: cuando unos rescatadores del tesoro encuentran un tesoro hundido y lo pierden en un pleito contra el Gobierno de España, en una trama que me recordó mucho a El tesoro del Cisne Negro (Paco Roca), deciden que no están contentos con el fallo judicial y recurren a los servicios de Thom, un brillante ingeniero, para penetrar en la sala del tesoro más impenetrable, reuniendo para ello a un grupo de superexpertos. Y todo eso coincidiendo con la gran hipnosis colectiva que provoca el partido más importante de la historia del fútbol español, lo que en este país tiene tintes de gran ceremonia religiosa.
El resultado es el esperado, con una película divertida, escenas poderosas y repletas de tensión, hacia un final climático que, como era de esperar, coincide con el celebérrimo gol de Iniesta, pero que si se rasca un poco se derrumba en un mar de sinsentidos y preguntas que jamás encontarán respuesta (Tosar mola, pero lo de que pueda mover él solito 500 kilos de nitrógeno líquido me parece un poco exagerado, que tan de Bilbao no es). Pero eso también va con el género, y como esto va de divertirse y eso la película lo consigue, pues yo contento con ella.
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