Si hacen la tercera no se podrá decir el título en alto.
Poco puedo decir sobre Bitelchús (Beetlejuice en realidad) que no se haya dicho ya, y menos podía hace una semana, porque vi la película hace más de 30 años y no me acordaba de nada. Por eso me puse la película en casa antes de ir a ver esta, que si no se me iban a escapar todas las referencias.
Vista la original, tocaba ponerse manos a la obra con la secuela, que repetía director y gran parte del elenco protagonista, con el añadido de una Jenna Ortega perfecta para el papel, una imponente (aunque desaprovechada) Monica Belucci, un Willem Dafoe gamberrísimo y una mejora tecnológica que permite dejar muy atrás el tema de los efectos visuales (tengo mucho cariño a la película de 1988, pero estos quedan a día de hoy muy... añejos). Lo que no tiene, aunque eso nadie lo esperaba, es el encanto de su antecesora, siendo tal vez algo más genérica, o al menos así lo sentí yo. Cierto es que esto no se ve igual con 10 años que con 46 y tal vez ahí esté la diferencia. Al menos me divertí viéndola, que es de lo que se trata.
En el debe le pongo que tiene algunos momentos un poco valle, en los que no resulta tan entretenida, y que la historia se me hacía un tanto forzada, con una villana que tiene potencial pero que en realidad podría no haber estado y no cambiaría nada y un final que no me ha terminado de convencer.
Pero bueno, para aprobar el examen le llega.
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