Género: terror.
Con un tema tan en boga como el auge de las inteligencias artificiales de fondo, esta película pone en la palestra uno de los mantras favoritos de los cuñados: la administración de Justicia en manos de una Inteligencia Artificial que analice las pruebas y dicte sentencias.
La película nos traslada a un futuro nada lejano en el que esta tecnología existe y España se enfrenta a un referéndum de reforma constitucional para cambiar el sistema judicial e implantar este sistema digital. La protagonista es Carmen, una juez estrella que debe enfrentarse primero a sus propias dudas y después a toda una conspiración que se esconde detrás de todo esto y de la empresa que lo promueve.
Tiene algún detalle que me ha hecho arquear la ceja por la parte legal (seguramente a quien sepa de la parte tecnológica se la arqueará por ese otro lado) pero consigue ser interesante y mantener el ritmo, si bien el final se queda un poco colgandero y nos deja muchísimas cosas en el aire. Diez minutitos más para cerrar algunas cosas no habrían que dado mal, y también se queda en el aire, o yo me he despistado, alguna escena con cierto personaje que ¿muere?
Pero en general bien, vaya. Y también destaco que me ha impresionado ver a Alba Galocha, a quien otras veces he criticado con ferocidad, actuar bien. Como digo lo malo también digo lo bueno.
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