Sí, es tan cutre como parece.
No me quejo cuando las películas son honestas. A esta Hotel Bitcoin le puedo echar en cara que sea cutre, que el argumento dé vergüenza ajena, que los personajes sean ridículos o que el argumento no haya por dónde cogerlo pero no se le puede acusar de creerse lo que no es y cumple con su función de entretener.
La típica historia de perdedores que dan el pelotazo, nos habla de un grupo de amigotes, hundidos hasta las cejas de deudas y con problemas con un mafioso local, tienen la suerte de encontrarse con un ordenador que tiene las claves para hacerse con 100 millones de euros en bitcoin, pero como hasta el lunes no pueden acceder a ningún trader, y para evitar que les pille la mafia, su plan consiste en encerrarse todo el fin de semana en la habitación de un hotel de lujo y estarse quietecitos hasta el lunes.
Si estuviera protagonizada por personjes mínimamente funcionales la trama se habría resuelto en cinco minutos, pero entonces no habría habido película. En su lugar, se dedican a actuar de las maneras más inoperantes que les es posible y a meterse en una bola de nieve de embrollos, en la que cada maniobra que hacen para salvar la papeleta les mete en líos aún más gordos. Aunque al final, como mandan los cánones, tienen la flor en el culo y todo acaba bien.
Es lo que parece, una soberana cutrez. Pero una cutrez que va de frente y conoce bien sus limitaciones, lo que le da para aprobar el examen.
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