La portada, que no hace justicia a la buena pinta que tiene por dentro.
Para variar, en vez de dejar todo el fin de semana para el domingo a última hora aprovecho un rato libre para adelantar trabajo y contar la tarde de hoy, que incluía visita a Joker. El motivo no era otro que la presentación de la edición en castellano de Ether, del dibujante David Rubín, de quien mi señora novia tiene a bien ser admiradora. Así que en un acto bastante animado (Rubín es un ponente muy campechano) ha llegado el momento deseado: la firma de ejemplares. Y esto mola mucho, porque David Rubín no se limita a firmar, sino que hace dibujos a página completa, mientras charla amigablemente con los fans. Eso hace que la espera sea larga, pero merece la pena. Eso sí, tanto rato de pie ha resultado matador.
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