El sábado no pasé hambre.
Descartado el viernes, que ya se puede deducir lo que hice viendo las entradas anteriores, nos vamos al sábado, que fue día de asociación. Por la tarde reunión de formación para las jornadas y luego, con la excusa del cumpleaños de uno de los socios, a cenar al wok en manada (¡22 éramos!). Ahí, mucha comida, mucha comida y mucha comida. Entretanto, viendo por Twitter cómo el Bilbao Basket ganaba en Sevilla.
Tras la cena parece que la idea de ir de fiesta no cuaja mucho y optamos por algo más tranquilos: unas coca-colas y al parque de Amezola, que hacía bueno. Ahí estamos tan a gusto hasta que unos policías municipales, a pesar de que estábamos completamente sobrios y con bebidas no alcohólicas vienen a decirnos que eso es botellón (se aburrían y les debía de apetecer tocar los huevos, supongo), y nos echan de ahí. Momento en el que aprovecho para retirarme.
Domingo poca historia, con reunión de coordinadores de las jornadas, segunda sesión de formación, paseo y a casa. Mañana lunes de la que diría que es una semana corta, pues el jueves es fiesta. Pero es mentira, sé que hasta dentro de siete días no voy a poder descansar.
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