No llegarán a 20 las veces que lo he encendido el último año.
No tengo especial problema con Euskaltel (de vez en cuándo se cae la línea, pero eso pasa con todas), pero llevaba tiempo queriendo hacer algo que, por pura pereza, nunca terminaba de hacer. Y hoy por fin me he decidido (o, mejor dicho, me he acordado y decidido): llamar para dar de baja la televisión de Euskaltel. Es un servicio que no uso nunca (y cuando digo nunca no es poco, es nunca) y la rara vez que he encendido el televisor para algo que no sea usar el chromecast, ha sido para ver cosas que podría haber visto igualmente con la TDT (mi querido Ministerio del Tiempo). Así que estaba simple y llanamente tirando dinero todos los meses. No es mucho, no llega a 12 euros, pero dinero tirado, al fin y al cabo.
Por fin he llamado, y tras la espera consigo que me pasen con una operadora, que tras un rato de intentar derivarme me da directamente el teléfono de bajas. Llamo a bajas, espero un rato y finalmente me cogen. Le explico la situación, y como es lógico intenta venderme la moto (no le culpo, es su trabajo), ofreciéndome un precio más bajo, y explicándome las funcionalidades de la tele de Euskaltel, como lo de grabar contenidos para verlos más tarde y cosas así.
Le digo que le agradezco la información, pero que teniendo Netflix eso no me sirve para nada, pues no lo iba a usar, y cuando me dice que eso es mejor que Netflix, aguanto la risa lo mejor que puedo y le digo que me parece muy bien, pero que quiero dar de baja ese servicio que no uso.
Ahora a estar atento, no sea que se hagan los tontos y me hagan la de "a ver si cuela y lo seguimos facturando". Y la verdad, hasta que no vea la factura no sabré si me lo han dado de baja, pues no tengo la menor idea de qué canales eran de pago y cuáles de TDT.
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