Esto se me pasa mañana.
Así como la primera dosis no me dio nada de guerra, la segunda sí que me ha afectado un poco más. Por la mañana estaba bien, con la excepción del brazo, pero a medida que iban transcurriendo las horas, me iba sintiendo peor, pero no tan mal como para irme del trabajo.
Pero para la hora de comer, cuando he llegado a casa, estaba algo más mustio y sin apetito. Una siesta creo que febril, un poco de droga y una tarde de agusanamiento en el sofá, con un dolor de cabeza que, sin ser terrible, no se termina de ir.
Lo peor es que seguro que mañana, a las 8 de la mañana, estoy como una rosa.
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