Rocket: la película.
En 2014 James Gunn cogió un grupo de superhéroes que nadie conocía y a nadie le importaba, y gracias a la libertad creativa que eso le permitía, creó una de las películas más divertidas de superhéroes y uno de los grupos más icónicos del UCM. 9 años más tarde, cierra su arco con esta tercera entrega, que es a la vez una preciosa canción de despedida y una película de origen, en la que se nos cuenta el pasado de uno de sus personajes más carismáticos (y por la parte que me toca, mi favorito), el mapache Rocket.
La película, pese a tener un punto más oscuro y serio que las anteriores, sigue funcionando perfectamente, y concilia perfectamente el drama con el humor, consiguiendo emocionar con sus escenas de acción, hacer reír con sus chistes (que los sigue teniendo, y no pocos) y sacar la lagrimilla con sus momentos emotivos, en especial con ese cierre, que provocará nudos en más de una garganta. Si acaso, por ponerle un pequeño pero, creo que las anteriores jugaban mejor con la música que esta, pero en ningún momento llega eso a ser un handicap.
El cierre perfecto para una trilogía dorada, la carta de amor a unos personajes a los que echaremos mucho de menos, y muchos bichos monos (bebé Rocket no tiene nada que envidiar a Grogu).
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