En 2015 Pixar nos regalaba (es un decir que la entrada había que pagarlas) una de sus joyas más icónicas, con una película tan divertida como llena de significado. Nueve años más tarde, nos traen esta secuela en la que profundizan todavía más en la psique de su protagonista, el proceso de maduración en la pubertad y cómo emociones más complejas van surgiendo, para así ir creando la personalidad.
Obviamente no es tan buena como la original, pues el listón estaba extremadamente alto, pero es una secuela más que digna, con una historia que sigue resultando emotiva y entretenida, y con personajes nuevos repletos de encanto y carisma. Vale, Ansiedad puede ser cargante, pero está plenamente justificado que lo sea.
No sé si una tercera película tendría su cabida, o si sería ya estirar demasiado el chicle, pero si lo hacen, ahí me tendrán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario