Se durmió viendo a estos dos.
Ana (Almudena Amor) es una enfermera que se va a Canarias, a cuidar de Sara, la esposa comatosa de Agustín (Javier Rey), y a pesar del mal rollo que da todo, entre los dos surge la química (lo que no es de extrañar, pues buenos actores no son, pero guapos ambos a rabiar). Ana empieza a tener unos episodios muy perturbadores de lo que parece sonambulismo, y todo se va volviendo mucho más turbio a medida que va descubriendo la causa del estado de Ana.
La historia que cuenta no está mal, tiene su aquel, pero el ritmo se hace un tanto cansino, sobre todo por las actuaciones, que Javier Rey se muestra un poco limitado pero mal que bien cumple, pero lo de Almudena Amor... desastre absoluto. No llega al nivel de El silencio, porque para eso debería haber actuado directamente sedada, pero desde luego que no hace en esta película méritos para ganar el Goya.
Una película prescindible, de esas que en el futuro puede que ni siquiera recuerde haber visto.
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