Del subgénero enfermeras polacas que se llaman Irene salvando judíos.
Irene Gut (Sophie Nelisse, quien ya se las vio con el III Reich en La ladrona de libros) fue una enfermera polaca que ayudó a varios judíos a salvarse del holocausto, de la manera más audaz y a priori descabellada posible. Ella trabajaba como ama de llaves para un oficial nazi, de modo que decidió esconderlos prácticamente a la vista, en el sótano de la residencia de dicho oficial, demostrando que a veces la mejor manera de esconder algo es dejándolo a la vista.
Consigue captar la atención y el interés desde el principio, manteniendo en todo momento la tensión de saber que en cualquier momento puede saltar todo por los aires, pero maravilla ver la astucia de la protagonista y su capacidad de salir airosa de todas las situaciones, con diálogos que a veces son pura delicia. Nos ofrece también a un villano odioso, de ridículo apellido (literalmente hubo un oficial nazi que se apellidaba "Rokita") pero de imponente presencia y memorable crueldad.
No puede faltar, claro, el inevitable pero emotivo epílogo en el que se nos cuenta lo que fue de sus protagonistas, pues esto es una historia basado en hechos reales, y que funciona maravillosamente bien, ya que para entonces la película ha conseguido que queramos saber más de ellos.
Buena propuesta.
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