La imagen de la discordia.
Me llega antes a Facebook el siguiente aviso "Parece que enviaste o compartiste símbolos o muestras de elogio o apoyo relativos a personas y organizaciones que definimos como peligrosas, o empezaste a seguirlas.", diciéndome que han borrado una publicación mía, pero no me dicen cuál (no sea que así pueda saber qué es lo que le molesta a su señoría el bot), pero por la fecha deduzco que debe de tratarse, y así era, la reseña que colgué del Secret Hitler (que, por cierto, ahora tirando de buscador, veo que ya había publicado otra unos años antes). Lo gracioso es la fecha, y es que me habían censurado hoy una publicación de mayo del año pasado.
Sin mucha fe en el sistema, doy al botón de reclamar, y marco la opción de que no era absoluto y era broma. Sin ninguna confianza lo digo, porque pese a que es una red social que permite lanzar abiertamente discursos de odio y racismo, lo que es el sarcasmo lo lleva fatal. Pero parece ser que ha debido de pensar que era lo primero, porque unos pocos segundos después de reclamar, me han restaurado la publicación.
Eso sí, las restricciones de cuenta durante un mes (que me la sudan, porque no pongo anuncios ni vídeos, que es lo que no me permiten), ahí me las han dejado.
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